Al hacernos conscientes de la relatividad de todo concepto, nos preguntamos qué parte de cada algo interpretamos y cuál aceptamos como es.
A menudo, nos enredamos con la reflexión “quizá inconscientemente..” e intentamos discernir qué punto de responsabilidad tenemos, incluso si nuestra parte consciente lo vio venir y lo usó como disculpa.
Bien, mal, conceptos básicos en cualquier religión (o doctrina, que viene a ser lo mismo), han de ser imputados a una responsabilidad (cuántas veces hemos oído “fue sin querer” o “yo no quería”).
Y si la verdad es interpretable, y todo efecto tiene una causa (1) .. ¿cuánto tengo de responsabilidad en lo que sucede?¿Cómo saber qué parte de nuestra voluntad permite a nuestro inconsciente los actos (pensamiento, palabra, obra u omisión) necesarios para crear una nueva realidad?
(1) Unos dicen
-Dos y dos son cuatro.
y yo contesto
-Ya, pero también tres y uno..
