Doy gracias a la vida porque nada me fue fácil. Sigmund Freud
Quien nunca se enfrentó a una dificultad, nunca aprendió a superarlas, ni pudo saborear el placer de hacerlo.
Aunque tenerlo fácil pueda resultar apetecible, incluso envidiable, apreciamos más aquello por lo que hemos luchado.
La vida puede ser mucho más que un transcurrir apacible: una pugna constante por crecer, evolucionar, incluso mantenerse.
Eso hará que valoremos mucho más los ratos de paz y tranquilidad.