Las personas ideales pueden hacer el bien, pero no necesariamente cosechan bendiciones. No quieren hacer el mal, pero no pueden necesaiamente evitar dificultades. Lao Tsé
Cuántas veces oímos, ante la desgracia,
-¿Por qué a mí?
o
-No es justo..
No siempre hay un porqué, entendido como causa-efecto. No siempre nos llevamos lo que nos merecemos, ni para bien ni para mal.
La vida es básicamente injusta, si entendemos justicia por igualdad de oportunidades (cada uno nacemos en unas circunstancias y con unas habilidades diferentes, que ya nos condicionan de salida) o como una relación éticamente aceptable bondad-recompensa, maldad-castigo (puede suceder que uno sea un conductor prudente, y que un anormal se salte la mediana y nos empotre de morros).
Entonces.. ¿qué sentido tiene la bondad?
La bondad (no hacer el mal es el principio de ella) tiene sentido en sí misma. Es en sí misma una recompensa. No evitaremos las dificultades, pero hallaremos que encarándolas con bondad (la honestidad y naturalidad son partes integrales de ella) podremos afrontarlas de un modo más llevadero, y tendremos más pobrabilidades de salir de ellas de una manera airosa.
Dejándonos llevar por la rabia y el descontento (que casi siempre desembocan en maldad, por leve que ésta sea), sólo conseguiremos obsesionarnos en la dificultad, y seremos incapaces de hallar una salida.
