No hay arma más afilada que la voluntad. Lao Tsé
Podría relatar la historia de Kevin McHale, niño poliomelítico que llegó a ser una estrella de la NBA (jugó en los míticos Celtics de los ochenta); o buscar una historia anónima, como la de esos inmigrantes que se cuelan en los bajos de un camión o se embarcan en una patera para llegar a esta tierra prometida de la que tanto renegamos; podría incluso nombrar a Ghandi, que sólo a base de voluntad logró la independencia de su país; o ponerme gallo, y contar que con doce años me echaron de un coro de cuarenta críos (se distinguía cómo desafinaba cantando los cuarenta a la vez), y ya con treinta y tantos era vocalista de rock en un escenario y me aplaudían.. Ejemplos hay a patadas.
Pero lo que busco es algo más sutil y perrete. Cuando ya has decidido, y de pronto un día todo sale mal, y al otro.. hasta que llega un momento en que sólo te das cuenta de que podía ir peor cuando empeora.
Ahí es donde debes recordar que, si no quiebras tu voluntad, hallarás la manera. Que no importa cuántas veces hayas llamado a una puerta sin obtener respuesta. Si es la puerta que quieres abrir, sigue llamando. Busca un timbre, lanza piedras a su ventana, pregunta a los que pasan..
No quiero contarte historias de triunfadores. Quiero que sepas, que te enteres, que, a quien no lo consiguió, también le mereció la pena.
