Son los débiles los que son crueles. La bondad sólo puede esperarse de los más fuertes. Leo Rosten
A lo largo de mi vida, no muy larga pero sí bastante intensa, he tropezado con bastantes personas de naturaleza en apariencia cruel. Jefes (mandos intermedios la mayoría de las veces), uniformados, burócratas.. cualquiera que se sienta en una momentánea posición de autoridad (hay incluso quien acelera al llegar a un paso de cebra).
Con el tiempo (y bastante paciencia), he podido comprobar que sólo se trata de estériles venganzas contra su propia pequeñez, que no consiguen aceptar. Abocados a una vida que detestan, demasiado débiles para rebelarse y cambiar su rumbo, se alimentan de la inquina que lanzan contra los demás, como si amargarles aunque sea un momento les pudiera librar de su desgracia.
En cambio, actuar con bondad requiere, la mayoría de las veces, sacrificio. Y para sacrificarse, es necesaria la fortaleza.
