Nada ha cambiado, tan sólo yo he cambiado; por tanto, todo ha cambiado. Marcell Proust
Del mismo modo que no es posible regresar, pues nuestra propia evolución hace que vivamos el pasado desde otra perspectiva, podemos provocar cambios en nosotros que nos ayuden a interpretar el presente de manera distinta.
Ni el árbitro está contra nosotros, ni el profesor nos tiene manía, ni nos han tocado malas cartas. O sí, pero de nada sirve recrearse en ello. Si convencemos a los rivales de que el colegiado nos va a pitar siempre fuera de juego, dejarán de darnos patadas. Y no hay malas cartas, sólo hay que aprender a manejarlas. En cuanto al profesor, una vez le dije a uno
-Que si usted quiere yo le suspendo lo que haga falta, pero si lo que quiere es que apruebe, dígame qué tengo que hacer..