Iñaki C. nazabal

en cada esquina un maestro 130

La desolación y la desesperanza son sólo trampolines. Mayte Albores

Cuando uno ha perdido la esperanza.. qué le queda? Cambiar. No puede haber señal más inequívoca de que es necesario un cambio que sentirse desamparado y roto.
Experimentamos la angustia como un enemigo invencible que nos envuelve y nos vacía.. nos empuja hacia el final de la tabla. Pero también podemos entenderla como un cómplice, un amigo que nos muestra una nueva opción, quizá la que nos queda (y por eso intenta convencernos de una manera tan cruel).
Perdamos pues el miedo a la altura, el vértigo que nos produce lo desconocido. Probemos a dar el salto hacia un nuevo yo. En una situación así, no puede haber nada en la piscina peor que lo que estamos viviendo.
Site Meter