¿Fui yo el que habló? ¿no fui también uno de los que escucharon? Khalil Gibran
Lo bueno de crecer como seres contradictorios (pobre del que no lo sea) es que a menudo podemos convertirnos en alumnos de nuestras propias enseñanzas.
Cuántas veces, aquello que afirmamos (algunos hasta lo dejamos por escrito) vuelve a nosotros con una sonrisa, para acompañarnos en un nuevo camino.
Citando a Martí i Pol, “cuando escribo, me escribo”. Añadiría “cuando me leo, me aprendo”.