Iñaki C. nazabal

Io Khe Tsé XXXIII

El principio de la medicacion en una terapia cuando estás jodido, es que tienes que hacer un trabajo que no hay huevos de hacer (o que con las prisas se te pasó por alto), porque además estás en un estado de nervios que hasta te pone nervioso estar nervioso.. y hay que disponerte en la actitud necesaria para afrontarlo.

Quiero decir.. has de llorar lo que no has llorado. Porque habías de tirar palante, o tirar del carro.. o porque, por el motivo que fuera, simplemente sentiste que no te lo podías permitir. El caso es que eso está ahí, sin llorar, y hay que llorarlo. Como se merece.

Porque ahora lloras por nada, y te cabreas sin motivo, y de repente te entra como una angustia, un miedo a no sabes qué, que te asusta. Tampoco sabes a qué el llanto ni el cabreo, pero esos sólo sorprenden. El miedo asusta.

Así que la idea es unos días de calma, con las menos obligaciones posibles, y disponernos a pasar por ese miedo que en su momento no afrontamos, ese llanto que reprimimos, y también esa rabia que permitimos (y quizá hicimos bien) que nos comiera un poco por dentro.

Y lo que se pretende con las drogas (tengo un amigo que dice que las drogas son las pinturas, que a estas se les llama medicinas, pero no sé yo si alguien a quien se le conoce como “Bacterio Marley” en el barrio puede ser tomado como una autoridad en esto) es una ayudita que nos sosiegue esas emociones, para poder encauzarlas a lo que en verdad están buscando, a su verdadero motivo. Dicho de otro modo, que las lágrimas no nos hagan llorar, que la rabia no nos ponga de mal café, y que el miedo no asuste. Que sólo es miedo.

Pero, en realidad, cuando ya sabes, porque lo sabes, qué quedó pendiente, más importante que esa ayuda, es el tiempo.

Tiempo para sentarnos y decir: venga, va. Ya toca.

Y descargar esas lágrimas a punto de cristalizar, esa rabia que ulcera, y ese miedo, quizá a lo que después en verdad sucedió, que en su momento no pudimos mostrar.

Descargar, para dejar hueco a lo que haya de venir.
Site Meter