Lo mucho se vuelve poco con tan sólo desear otro poco. Francisco de Quevedo
Aunque sea una frase ya antigua, creo que es el gran mal de hoy en día. En la era de la publicidad, en vez de ciudadanos somos consumidores. Y el gran truco de la propaganda, hacernos creer que comprando determinado artículo encontraremos la felicidad (aunque sea sólo por un momento) necesariamente implica que no podemos ser felices con lo que ya tenemos, por mucho que sea.
Que no digo que no haya que consumir.. pero sí ser conscientes del truco, y saber que en lo comprado podemos encontrar placer, comodidad, un buen rato.. pero nunca la felicidad. De hecho, basta con fijarse en los rostros de quienes conducen lujosos coches por la ciudad, especialmente a primera hora de la mañana, para darnos cuenta de que la felicidad no reside ahí. Además, por cada lujo hay otro mayor en su misma escala, lo que lo convierte en pequeño, y a quien debería disfrutarlo le crea un amargor por no ser el superior el lujo del que disfruta.
¿La clave? Como todas, fácil de decir, no tanto de hacer. Disfruta con sencillez y buena disposición de lo que tienes, incluido lo material. Y pèrmítete un lujo o capricho de vez en cuando, por qué no, seguro que tienes algún motivo para premiarte.