Iñaki C. nazabal

receta VII. baila


Hubo un tiempo, en cada uno de nosotros, en que todo fue baile.

Antes de poseer ningún sentido, las primeras informaciones que nuestro aún naciente cerebro fue procesando, llegaron bailando. Los movimientos de nuestra madre, sus latidos, su respiración, el tono de su voz y los diferentes estados de ánimo que suponían, llegaban a nosotros a través de todo nuestro cuerpo, y afectaban a todo el mundo del que hasta entonces teníamos conocimiento.

Antes de nacer, sólo bailábamos, fluyendo al ritmo del mundo que nos envolvía.
Site Meter