Iñaki C. nazabal

en cada esquina un maestro 34

Dichas que se pierden son las desdichas más grandes. Calderón de la Barca

Dicen que sólo se aprecia lo que se tiene cuando se ha perdido. Personalmente, creo que si una pérdida provoca sufrimiento, es porque en verdad se apreciaba su presencia.

He perdido casa, coche, trabajo.. nada de eso me duele realmente. Lo que me provoca un vacío insondable, casi irreparable, es la pérdida de personas que han sido importantes en mi vida.

¿Cómo llenar ese vacío?
Sonriendo su recuerdo; aplicando sus enseñanzas; entendiendo que, lo que echo de menos, lo añoro porque en su día lo recibí, y celebrándolo.
Es cierto que nada va a ser lo mismo sin ellos, pero también lo es que nada va a ser lo mismo gracias a ellos.

Siempre quedará en mí cierto halo de tristeza, pero siempre vivirán conmigo el orgullo y la alegría del tiempo compartido.

Aún más. En lo que me aportaron, había parte de lo que yo les aporté. En lo que fueron para mí, hubo parte de lo que fui para ellos. En lo que les amé (pues es el amor el que da importancia a las personas), en lo que aún les amo, vivía, aún vive, el amor que me profesaron.

Así pues, en mi propio llanto hallo el consuelo, pues en cada lágrima derramada brilla una chispa de la luz que me brindaron.
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