Es mi máxima. Algo así como la santísima trinidad en la cocina de juanjutxin. Puede entenderse como la receta definitiva, o como unn ingradiente apto para todas las anteriores (como los chinos con la salsa de soja o los mexicanos con el picante).
Además, es de aplicación recomendable en todos los órdenes de la vida.
Primero, estudiemos uno a uno los tres ingredientes. Después ya sugeriremos algunas recomendaciones de uso y aplicaciones concretas.
Cariño.- Es como el amor, algo más leve: librado del sentido de la posesión, del arrebato, del anhelo de un destino común (que queda como opcional).. pero mantiene la empatía, la implicación en el bienestar del otro.
Paciencia.- Aprender que cada cosa lleva su tiempo. No se puede desalar un bacalo en ocho minutos, ni se puede estar todo un día cociendo la misma pasta.
Sentido del humor.- Seamos serios. El sentido del humor proporciona distancia y, por lo tanto, perspectiva.
Aplicación
Primero, cómo no, con uno mismo. El buen cocinero prueba sus platos. Una buena dosis de cariño, paciencia y SDH con uno mismo. Cuidarse, darse mimos; entender que todo cambio lleva su propio ritmo, que lo que cuenta es la intención y constancia; aprender que nada es tan grave ni tan fabuloso en ti, ni tan único.
Recomendación de uso
La clave está en la mezcla. Hay que prestar mucha atención a la medida que usamos de cada ingrediente. Demasiado cariño nos puede volver dependientes, demandantes; demasiada paciencia, perezosos; demasiado SDH, tontorrisas. La mezcla ha de ser fluida, adecuándose al momento (una caña con granizado a seis bajo cero no tiene mucho sentido, ni un potaje a cincuenta y dos grados a la sombra y sin brisa) y al consumidor. Unos precisarán un poco más de esto, otros un poco más de aquello.
Aplicación
Ante la tragedia. ¿Cariño? Sí, consiéntela, que se dé un capricho y te ocupe una tarde libre.. si puede. Lo que hayas de sufrir, lo sufrirás. Hay que pagar la cuota de dolor, es inevitable. ¿Que le apetece un atracón? Menos comerá otro día.
Ten paciencia, ya pasará, poco a poco.
Mezcla la paciencia y el cariño, como una madre que le dice a su hijo "hala, ya pasó.." dieciséis veces.
Prueba con un poco de humor. En la congoja del llanto, con los surcos resecos de las lágrimas en las mejillas y la nariz congestionada, di
-Dijo un patito..
después
-Cuá
y luego
-Qué más da, un patito.
Puede suceder que a la primera no le cojas el chiste, pero ten paciencia. Igual es que aún no lo cuentas bien (Otra opción puede ser -Jiuston, tenemos un problema.. -Ya te veo, ya.).
Recomendación de uso
Atento siempre a la mezcla. Hay que tener en cuenta que demasiado cariño puede producir apego; un exceso de paciencia, resignación; y si se nos va la mano con el sentido del humor, podemos llegar a pensar que le está pasando a otro.
Utilizando las medidas convenientes, con práctica, poco a poco, irás aprendiendo a aplicarla en todos los asuntos de la vida, grandes y pequeños. Es decir, podrás aplicarla a la vida misma.
No te fuerces mucho si al principio notas que te cuesta. Cariño, paciencia, y sentido del humor. También en esto, claro está.
